miércoles, 30 de septiembre de 2009

Amor de Juventud

Al leer la historia se me vino a la cabeza el tema de Pedro Aznar que le da título a este post... lo conocen?
Les dejo el videito al final para que escuchen (y vean después) mientras leen el tierno cuento de Gigo....
Tuve el dulce placer de leerlo cuando hablamos del amor.... Si hay algo de lo que no puedo escapar cuando recuerdo al primer amor es de esa vieja sensación de cursi felicidad. Al que no le pase lo mismo que de la cara! Les recomiendo que repasen el post del día de los enamorados... gran día en el que Vick y Luz hicimos uso y abuso del aire radial para sacarnos las ganas contra esa impune fecha, jaja. Lástima, no quedó el audio grabado... deberán recurrir a la memoria aquellos que lo pudieron escuchar.
Basta! a leer el cuento de la señorita Gigo, con caramelos y nostalgia.
Luz


Con los chicos nos juntamos donde siempre, en esa esquina arbolada donde parece que nunca se esconde el sol. Las cosas no cambiaron mucho con los años. De la que no sé mucho es de Paula.
¡Qué mina jodida esa! Yo sé lo que te digo. La verdad, nunca me cayó bien. Con esa cara de nenita de mamá, con esos dientes de conejo que mostraba cada vez que se reía, con ese flequillito inquieto que nunca se quedaba donde le mandaba el peine.
Caminaba haciéndose la importante con aires de actriz, mostrando ese lunar desubicado en el hombro izquierdo (la verdad, no sé para qué porque no la miraba nadie).
¡De chica la insoportable se metía en todo! Era ella la única que consolaba al Gordo Julio cuando lo cargábamos con los chicos. “Que no le digas redondel, ni cara de galleta, ni caminata lunar”
¡No sabés cómo mentía en el truco, y cómo hacía trampa en el chinchón! (si no la ganaba la empataba ella era así) Me robaba todos los juguetitos del Topolino, se quedaba con las figuritas más difíciles y si no queríamos jugar con ella, se sentaba en el medio de la calle de tierra y empezaba a gritar: “¡Los chicos no quieren jugar conmigo!”. Nuestras viejas salían y el resultado era toda una semana si en futbol. ¡Era una atrevida!
De más grande, cuando salíamos a bailar, tardaba 80 años en vestirse. ¿Pero será jodida eh!? Nunca entrábamos al boliche antes de las dos.
Era tan ridícula que siempre la acompañaba hasta la puerta de las casa para que nadie se desubique.
Si la ves ahora te morís. Se cortó el pelo, y los pocos rulos que le quedaron los esconde en un rodete tirante que Camila despeina casi todos los días a las de la tarde a la salida del jardín. De camino a la parada le enseña a atarse los cordones, a cantar canciones lindas y a repartir las buenas tardes a todo el mundo como dios manda.
Después no las veo porque se las lleva el colectivo o el auto con el hombre de traje.
Igual no sé mucho de la vida de ella. La llamo para su cumpleaños y esas fiestas ¿Viste? La verdad es que nunca me la banqué mucho. A veces la extraño…pero un poquito.
Todavía tiene el mal hábito de comerse las uñas y la manía de morderse los labios cada vez que se pone nerviosa….y tiene esos pocitos en las mejillas cada vez que se ríe…y esa sonrisita cómplice cada vez que se manda una macana.
Paula es una mina jodida, yo sé lo que te digo…. Ahora, si te la llegás a cruzar cuando llevás los nenes al jardín, mandale saludos y decile que con los chicos estamos donde siempre, en esa esquina arbolada donde parece que nunca se esconde el sol.

Gigo Calvo.-

1 comentario:

Vick dijo...

Lo leí mientras escuchaba la canción, me encantó el post! Muy linda historia y muy lindo tmb recordar ese programa de Amor Desamorado, je.